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Día 14. Bam

Día 14. Bam
No sé muy bien cómo clasificar la room. Los sanitarios tos floreados, en un esfuerzo decorativo inclasificable. La bombilla del techo se ha negado a apagarse del todo y cada 5 segundos emitía un fogonazo de luz. No será que estamos en un fotocool sin saberlo?? O en un after?
Los colchones son para ejecutar al casero. Tablones con bollos que más que crujir al darte la vuelta, lanzan graznidos. El almohadón, claro, en consonancia, un tocho de cemento duro cuya única parte blanda es la bonita funda de terciopelo que les han cascao (qué fresca sensación!). Este no cruje, no. Total, que he amanecido doblada, eso sí, con el cuerpo en posición para las oraciones. Igual lo hacen adrede...
Increíblemente, por la mñna lo que se percibe de nuestra room es que es luminosa, aireada y limpia, al igual que toa la guess house.
Un desayuno estupendo, vueve la costumbre de más al norte, de incluirlo con la room. El casero es un filósofo puro. Interesante hombre. Se quedó sin nada con el terremoto de 2003, con 64 tacos, y volvió a empezar.
Vamos a visitar la ciudadela, patrimonio de la UNESCO -consecuencia: 200.000 rial la entrada-. Pa los años que llevan de reconstrucción, sigue to roto, pero es que no aprenden, otra vez to de adobe -ya ya, que el original era así-. Un sol aplanante pero hay muchas sombras. Incluso una pequeña mezquita ande se está fresco fresco; anda que no saben estos muslim!! Pos hemos estao un ratico recuperando el resuello.
Pos yastá. No hay más en la city. Personalmente nos gustan más los alicataos.
Los rasgos faciales en el sur han cambiado un poco. Las mujeres son más finas de cara -akí se ven pocas narices operadas-, pero los hombres han ido a pior. Hay algunos que paicen más calorros que el de en medio de los Chichos.
De vuelta a la guess house nos encontramos con un cortejo fúnebre. Delante un cocherín negro con la foto del finado en el capó. No deben tener coches fúnebres, asi que usan la ambulancia. Si tienen una urgencia pueden utilizar el ataúd de camilla. Prácticos que son akí.
Recogemos bártulos y pa la estación. El casero, muy amable, nos lleva. Namás llegar hay una minivan lista pa ir a Kerman. Se nos va a la porra la cocacola reponedora!! Menos mal que nos hemos comido dos plátanos al llegar a la room.
El viaje 100.000 por barba (2,5€). Nos colocan al final de la van. Vamos por autovía tol rato, lo que no quiere decir que no haya baches. Victoria va muy entretenida intentando esquivar el agarradero del techo. La de veces que le ha dao con la cabeza -con cada bache gordo oímos un "ay!", hala, nuevo cascazo-. A que se lo carga!!
Llegamos a las 16:30. El conductor nos cobra 100.000 más de lo acordado. Como no llevábamos suelto, no ha habido forma de que nos devolviera los cambios. Abusón. Habrá que guardar billete pequeño. Hacemos corro con los taxistas regateando un buen rato por la carrera hasta la city. Como no sabemos muy bien la distancia tampoco nos podemos poner muy chulicas. Al final por 100.000. Más le vale que estemos lejos. Ah, pozí, era cierto que había distancia. Sa librao.
Vamos directas a una guess house de la Lonely. No es muy pallá. Al menos le hemos sacao el desayuno, porque toallas, nos ha indicao muy amablemente que en la tienda de abajo vendían. Mu simpático él.
A ver, comencemos con la room. En principio, amplia, pero las cortinas las han sacao de la casa del terror. El baño... ánde se ha visto que la ducha esté justo al lao del bujero de hacer pis?? Al arquitecto de este sitio le tenían que dar un capón. El espejo... el espejo... amos, pos que no te ves, vaya, que lo han colocao tan alto que ni dando saltos. El decorador debía  ser primo del arquitecto. Buscaremos otro sitio que igual hacemos dos noches.
Como es viernes y estará to cerrao, vamos a hacer visita de inspección por la city y a localizar el bazar.
Pero si está to lleno de tiendas abiertas y de comederos!! Esto es un lío, es festivo o no??? Vamos relojeando a ver cuál nos gusta mientras llegamos al bazar. Maremía, qué largo es esto! Y to en obras. Pa mí que lo que hacen es fabricar pedruscos. Estas ciudades, por pocos habitantes que tengan, tienen calles más largas que un día sin pan, y con esta hambruna que llevamos se nos hace eterno.
A la vuelta entramos a comer una pizza, que como sigamos comiendo arroz se nos van a achinar los ojos. Una jartá, y además rica (o será el hambre que llevábamos?). De camino nos compramos agua pa la noche y un Doogh, que nos bebemos de inmediato (no dush, que os dije ayer... joer, tanta consonante junta me vuelve loca). Qué descubrimiento el yogur este salao con menta!
De vuelta pa casa nos paran coches y se ofrecen a llevarnos. Tanto mujeres, como padres con hijos, como gente joven. Esto nos ha ocurrido en otras ciudades también, que aminoran la marcha a nuestro paso para preguntarnos si necesitamos ayuda. Y como no hay mucho turista, se pispan de nosotras y luego nos preguntan por la calle si cenamos bien, si nos gustó la visita... La verdad es que no paramos de sorprendernos con la gente. Maravillosa, de verdad.
Como está to full, que no hemos conseguido encontrar otra casa, nos resignamos con la que tenemos, pero, oye, una vez puestas las cuerdas de tender y de armario, paice que ya la hemos hecho nuestra. Además, increible!, el colchón es cómodo!! Si es que me dan hasta ganas de llorar de tanta emoción.
Hala, a dormir se ha dicho, que hoy la noche promete. Mañana más.


Ciudadela de Bam










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