Día 21. Teherán
Llevamos media hora esperando el desayuno. El casero nos ha dejao elegir qué queremos y sa ido a comprar el pan. Elegimos pan, huevo duro, queso, mermelada y te. No, mantequilla no, gracias. Por las pintas, nos da que esto no está incluido en la room, xq nos dijeron que sí al breakfast pero igual querían decir que lo preparaban. Y punto.
Nos van sacando to con cuentagotas. Primero el pan. Plock! Encima un periódico. Al rato los huevos. Así, tal cual, tres huevos rodando en una bandeja toa mojada. Humeantes toavía. A ver si hay güevos -nunca mejor dicho- pa pelarlos. Entonces coge el pan y lo casca encima la bandeja. Nooo!! Questá mojada, atontaoooo!! Mejor que se pringue con tinta, pero que siga crujiente, hostiass! Tarro mermelada y pieza mantequilla. No butter, no butter!! Que te hemos dicho que nooo. Cheese, please! Y nos saca un yogur cremoso. Ni cheese ni hostias. Weno, lo mezclaremos con la mermelada en el pan. Está rico. Servilletas? Platos? No se llevan en esta casa. Nos iremos chupando las manos. Perfecto. Al menos nos ha sacao tres pucheros de plástico, aunque, la verdad, no sé pa qué -igual pa echar las cáscaras?-. El te está rico. En efecto, el desayuno va aparte. Nos lo temíamos. La verdad es que nos hemos puesto moradas, ya podemos andar pa bajar esto, boiong, boiong!
Vamos al Jameh bazar, que abre los viernes. Ya se nos han hecho las 10:30. Tendremos que cambiar por el camino. Esta vez sólo las he desviado unos 500 metros, pero como la calle es chula, están encantadas. Más majas mis chicaas! 😊
To cerrao así que tenemos que acudir a cambistas. Que, por cierto, siguen al revés del mundo. Que las oficinas de cambio no te cobran comisión? Pos ellos sí. Pero hemos tenido que morir al palo, que vamos peladas.
Este bazar es más bien tipo rastro. Está montao en un garaje de coches. Cutre total. Gente por doquier. Más de lo mismo y algunas antigüedades (o, sencillamente, cosas viejas), parece. Pero mucho más caro todo.
Zas! Nines ha reventao el pantalón al agacharse. Sa qdao con medio moflete al aire. Menos mal que lleva la chaqueta atada al culo. Así rota va más cómoda, asegura, jajajajaa!! Claro, como no hay cervezas, las sustituimos por comida y así nos va.
Amos a ver, ánde se ha visto un bazar ande no se regatee?? Pos akí. Pero si hemos regateao hasta en las joyerías pichis!! Pos no, akí no, que son mu dignos. Estos están en el mismo sindicato que los cambistas, que van al revés de todo. Aún así, tres horas pateando, que llevamos los riñones destrozaos. Un falafel, una coca y un buen rato de descanso antes de reanudar la marcha. Empieza a refrescar.
Cerca del hotel paramos en unos stands -paice como una feria de productos gastronómicos del país- y caen unas samosas. Nos afirma el tendero que las de espinacas son su especialidad. Muy wena pinta tienen, pero si todo lo que hace especial lo hace así... Un hervor y punto. Más soso esto... Es igual, pal cuerpo. Al final nos harán pagar recargo en el billete de avión, por sobrepeso.
Vamos pal hotel que mñna madrugaremos mucho. Queremos ver lo que queda del gran bazar y por la tarde al Museo Nacional como despedida.
Nuestra última noche, buaaaa!!
Llevamos media hora esperando el desayuno. El casero nos ha dejao elegir qué queremos y sa ido a comprar el pan. Elegimos pan, huevo duro, queso, mermelada y te. No, mantequilla no, gracias. Por las pintas, nos da que esto no está incluido en la room, xq nos dijeron que sí al breakfast pero igual querían decir que lo preparaban. Y punto.
Nos van sacando to con cuentagotas. Primero el pan. Plock! Encima un periódico. Al rato los huevos. Así, tal cual, tres huevos rodando en una bandeja toa mojada. Humeantes toavía. A ver si hay güevos -nunca mejor dicho- pa pelarlos. Entonces coge el pan y lo casca encima la bandeja. Nooo!! Questá mojada, atontaoooo!! Mejor que se pringue con tinta, pero que siga crujiente, hostiass! Tarro mermelada y pieza mantequilla. No butter, no butter!! Que te hemos dicho que nooo. Cheese, please! Y nos saca un yogur cremoso. Ni cheese ni hostias. Weno, lo mezclaremos con la mermelada en el pan. Está rico. Servilletas? Platos? No se llevan en esta casa. Nos iremos chupando las manos. Perfecto. Al menos nos ha sacao tres pucheros de plástico, aunque, la verdad, no sé pa qué -igual pa echar las cáscaras?-. El te está rico. En efecto, el desayuno va aparte. Nos lo temíamos. La verdad es que nos hemos puesto moradas, ya podemos andar pa bajar esto, boiong, boiong!
Vamos al Jameh bazar, que abre los viernes. Ya se nos han hecho las 10:30. Tendremos que cambiar por el camino. Esta vez sólo las he desviado unos 500 metros, pero como la calle es chula, están encantadas. Más majas mis chicaas! 😊
To cerrao así que tenemos que acudir a cambistas. Que, por cierto, siguen al revés del mundo. Que las oficinas de cambio no te cobran comisión? Pos ellos sí. Pero hemos tenido que morir al palo, que vamos peladas.
Este bazar es más bien tipo rastro. Está montao en un garaje de coches. Cutre total. Gente por doquier. Más de lo mismo y algunas antigüedades (o, sencillamente, cosas viejas), parece. Pero mucho más caro todo.
Zas! Nines ha reventao el pantalón al agacharse. Sa qdao con medio moflete al aire. Menos mal que lleva la chaqueta atada al culo. Así rota va más cómoda, asegura, jajajajaa!! Claro, como no hay cervezas, las sustituimos por comida y así nos va.
Amos a ver, ánde se ha visto un bazar ande no se regatee?? Pos akí. Pero si hemos regateao hasta en las joyerías pichis!! Pos no, akí no, que son mu dignos. Estos están en el mismo sindicato que los cambistas, que van al revés de todo. Aún así, tres horas pateando, que llevamos los riñones destrozaos. Un falafel, una coca y un buen rato de descanso antes de reanudar la marcha. Empieza a refrescar.
Cerca del hotel paramos en unos stands -paice como una feria de productos gastronómicos del país- y caen unas samosas. Nos afirma el tendero que las de espinacas son su especialidad. Muy wena pinta tienen, pero si todo lo que hace especial lo hace así... Un hervor y punto. Más soso esto... Es igual, pal cuerpo. Al final nos harán pagar recargo en el billete de avión, por sobrepeso.
Vamos pal hotel que mñna madrugaremos mucho. Queremos ver lo que queda del gran bazar y por la tarde al Museo Nacional como despedida.
Nuestra última noche, buaaaa!!
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